Lifeway Mobility suministra rampas, salvaescaleras, elevadores de sillas de ruedas, elevadores de techo, dispositivos de transferencia, ascensores y soluciones de seguridad para el baño a particulares y empresas de varios estados a través de sus siete oficinas. La empresa, con sede en Connecticut, fue fundada por Paul Bergantino, Tim Burfield y Dave Hess, que reconocieron el potencial del creciente nicho sanitario, históricamente fragmentado por proveedores operativos familiares.
Fundada en 2015 y respaldada por una empresa de capital riesgo, Lifeway ha crecido mediante adquisiciones y tiene previsto convertirse en el principal proveedor de soluciones de accesibilidad a escala nacional. En los últimos cinco años, la empresa ha aumentado sus operaciones en Connecticut y Rhode Island, con adquisiciones en Illinois, Indiana, Massachusetts y Minnesota.
Tras las primeras adquisiciones, se hizo evidente que los diversos programas de software desconectados que gestionaban las operaciones no podían manejar la escala y el ritmo de crecimiento de la empresa. La creciente lista de sistemas de software no hizo sino dificultar aún más las cosas. "Como nuestras oficinas se establecieron mediante adquisiciones, cada una venía con un conjunto heredado de herramientas, software, plataformas operativas, procesos y procedimientos. Esto hizo que fuera una verdadera lucha e increíblemente complejo obtener estados e informes consolidados", dice Bryan Mullen, SVP de Servicios Compartidos.
"Pasamos mucho tiempo pidiéndoles que exportaran los datos a un formato común para poder consolidarlos", explica. "El problema era que ninguno de los sistemas de origen representaba los datos de la misma manera. No había forma de hacer una comparación homogénea".
Múltiples sistemas desconectados
Lifeway Mobilityfuncionaba con seis paquetes de software. "La mayoría de las oficinas tenían QuickBooks como sistema de registro. Para CRM, algunas utilizaban HubSpot, otras Sugar. La mayoría tenía una segunda plataforma para pedidos, como Med Force o Proxy. La programación se gestionaba a través de Outlook o Google Calendar", explica Mullen. "Había un uso intensivo de Dropbox y otros proveedores de gestión de documentos basados en la web".
Ninguna de las oficinas disponía de un sistema ERP.
"Pronto se hizo evidente que el statu quo ya no era suficiente para ampliar el negocio", afirma Mullen.